lunes, 20 de junio de 2016

Ensayo comparativo entre La noche boca arriba de Julio Cortázar y El sur de Jorge Luis Borges.

     En este ensayo se desarrollará el desdoblamiento de los personajes, la focalización en cada relato, los pasajes de un mundo a otro, los procesos literarios, etc.
   En “la noche boca arriba”, se plantea la historia de un hombre que sufre un accidente en su motocicleta, a partir de ahí el  protagonista se desenvuelve en dos mundos. En la ciudad, llena de luz, vida, comercios, y la selva. En esta se puede percibir la oscuridad, el olor a pantano, la situación de guerra del lugar y la notable naturaleza.
     El pasaje de un mundo al otro se produce a través de sueños y gráficamente, de párrafo en párrafo. Durante todo el relato se juega con la apreciación del lector sobre cuál es el mundo en el que realmente este hombre vive, siendo así que finalizando su relato, habla de los dos mundos (selva y ciudad), en un mismo párrafo y finalmente se descubre que el accidente no sucedió y que el realmente se encontraba en la selva.

             
     “Se cerraban y abrían buscando pasar al otro lado, descubrir de nuevo el cielo raso protector de la sala. Y cada vez que se abrían era de noche y la luna mientras lo subían por la escalinata, ahora con la cabeza colgando hacia abajo”

    En el relato posee un narrador equisciente en 3ra persona que genera ambigüedad. También, se utilizan diferentes recursos provocando un mayor interes en el lector.

      “el olor cesó pero vino una fragancia compuesta y oscura como la noche que se moría huyendo de los azteca” (comparación)

      En “El sur”, Borges desarrolla el relato en la ciudad de Buenos Aires en el año 1939 y también en una estancia. El protagonista se golpea la cabeza con la escalera en su casa y luego delira pensando que vivía solitario en una estancia.
El traspaso de un mundo a otro se percibe a mitad del relato. A medida que el personaje viaja más al sur iba más al pasado.

   “quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo”

     Además, Borges utiliza como recurso los anacronismos, las simetrías, las anticipaciones.                     

“A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos”

“Y era como si a un tiempo fuera dos hombres”

   En el relato de Borges se utiliza la focalización cero y presenta en el desarrollo del mismo, intertextos (Martin Fierro y Las mil y una noches) que representan el linaje porteño/criollo y alemán, también utiliza el pretérito pluscuamperfecto del modo subjuntivo generando ambigüedad y la simetría.
     En ambos textos podemos observar que se genera ambigüedad,  dejando hasta lo último al lector con la duda sobre lo realmente sucedido en cada relato. Tanto Borges como Cortázar muestran el desdoblamiento de los protagonistas en cada texto a través de los sueños y diferentes recursos que generan en los dos relatos una lectura interesante y atrapante.

Profundización del Modelo Neo liberal e impactos territoriales

Jose Márquez  y Fernando Hernández eran dos amigos de escuela, con la llegada de la dictadura militar, Jose y su familia se mudaron un Barrio Privado de San Isidro en busca de mayor tranquilidad. Por su parte los Hernández continuaban viviendo en su ciudad natal, La Boca.
Al comenzar el ciclo presidencial de Carlos Menem, comenzó una etapa de cambios llevando al extremo el ajuste económico. Con estos cambios, la familia de Fernando, se vio devastada y obligada a dejar su casa en busca de nuevas oportunidades de trabajo en la ciudad de Florencio Varela. No hace falta aclarar que los días corrientes de ese año no fueron en nada beneficiosos para aquella familia que se mantenía en base a una PYME que terminaría quebrando pocos años después. Los Márquez parecían ser el reflejo  totalmente opuesto. Tenían dos autos relativamente nuevos y una casa enorme donde las tareas del hogar eran realizadas por empleados domésticos, dejándole tiempo libre a la familia para viajar por el país, aprovechando que para la época el dólar mantenía su valor a 1 a 1 con el peso argentino.
Llegando a la década del 90, los Hernández debieron torcer el rumbo otra vez y establecerse en la zona de la  nueva industria, Tierra del Fuego, ya que su trabajo de ferroviarios por ese entonces había dejado de existir.

Para el dia de hoy, la realidad no se ve distinta, los Márquez continúan viviendo en un barrio privado, trabajando para su propia empresa textil, mientras que los Hernández siguen siendo una familia de clase social más baja que media que vive en las inmediaciones de la zona de Quilmes, subsistiendo gracias a una pequeña carnicería que ellos mismos atienden.