Erase
una vez, en la ciudad de París una familia, que vivía en una casa lujosa y que
cada verano era reconstruida, ya que eran
de mucho dinero y probaban diseños y se quedarían con el que mas les
gustara.
Un verano cuando terminaron de demoler la
casa, recibieron una nota del banco de la zona diciendo que el banco cerraría y
que sus cuentas en el banco iban a ser cerradas. Para esos días el señor y la
señora Franklin estaban sin trabajo y lo único que les quedaba era la plata que
había en el banco, pero como el banco estaba clausurado, la familia Franklin
era pobre. Hasta que vuelvan a conseguir trabajo, la familia Franklin iba a
tener que vivir en una casa humilde que podrían pagar con solo 120 pesos hasta
que vuelvan a trabajar y puedan adquirir una casa bonita en la ciudad de Roma
que por esos tiempos costaba doscientos mil dólares.
Un
tiempo después el señor y la señora Franklin consiguieron trabajo y pudieron
adquirir esa casa en Italia, pero como vivían en Francia debían viajar a Roma. Adquirieron
unos vuelos y llegarían al lugar en cuestión de horas. En medio del vuelo,
comenzaron a sentirse turbulencias, pero no eran solo turbulencias ya que una turbina
se había desprendido del avión. Al saber que el avión se estrellaría en el
suelo, la familia Franklin comenzó a asustarse y rezar por la salud de la
familia. Minutos después el avión se había estrellado y una de las hijas había perdido
la vida en el impacto con el suelo. Horas después la familia pudo comprar la
casa y pudieron instalarse bien con la ciudad. Luego de un año del accidente
mientras la hija del matrimonio se peinaba frente al espejo, vio el rostro de
su hermana mientras el avión se caía. En ese momento la niña fallecida sale del
espejo y con un pequeño cambio, era inmortal.