jueves, 7 de abril de 2016

¿Qué ideas pueden ayudarnos a pensar mejor?

          Sin duda que saber cómo desarrollar problemas de nuestra vida cotidiana a futuro en mejor manera, sería un gran logro. Para ello, año tras año, más de doscientos científicos y pensadores se reúnen en el sitio Edge.org para elaborar una respuesta iluminadora que intente descubrirlo. Podemos destacar entre los cientos de respuestas que se brindaron a nueve pesadores: Federico Kukso, Kevin Kelly, Roger Schank, Nicholas Carr, Samuel Barondes, Douglas Rushkoff, Matt Ridley, Clifford Pickover y Don Tapscott.
          El psicólogo y especialista en inteligencia artificial Roger Schank plantea que generamos nuestra vida en base a experimentos y experiencias vividas desde que se tiene uso de razón, (desde un bebé que experimenta llevándose cosas a la boca o un adolescente experimentando con drogas o sexo) lo que genera para acciones futuras una hipótesis a la cual respaldar. Pensado directamente en experiencias o experimentos, “La virtud del fracaso”, desarrollado por Kevin Kelly aporta que el éxito se gana previamente fracasando. Explica también que “deberíamos aspirar a triunfar al mismo tiempo que nos preparamos a aprender de una serie de errores”, es así como arquitectos o diseñadores, los cuales están constantemente expuestos a la prueba y el error, puedan llegar al éxito. 
         En relación con lo expuesto por Federico Kukso y Douglas Rushkoff, deja mucho que analizar y pensar sobre las herramientas y los medios que tenemos a nuestro alcance. Según Kukso, las herramientas nos dominan. Las personas creen, según este periodista, que por ser los autores materiales de los artefactos o por haberlos desarrollados tienen el control, pero ese pensamiento es totalmente erróneo. Él da ejemplos como la web (“enseña a sus usuarios-adictos a reordenar sus flujos mentales en formas compatibles con los protocolos del ciberespacio”), la televisión (que impulsa el pensamiento zapping), entre otros. Por su parte el teórico mediático de la Universidad de Princeton, Douglas Rushkoff, desarrolla algo similar: “a la mayoría de la gente le gusta pensar que las tecnologías y los medios de comunicación son neutrales y que sólo su uso o contenido determinan su impacto”. Como tópico central, este científico proveniente de Nueva York dice que las personas tienen que intentar pensar en base a lo analizado por uno mismo y no por lo que quieran inculcarle. Y reflexiona que, “si el concepto de que las tecnologías tienen sesgos (y nos imponen una determinada visión) se convirtiera en conocimiento común, podríamos entonces empezar realmente a usarlas consciente y deliberadamente”. Por su parte, brinda los ejemplos del Ipad (que incentiva a comprar lo más posible y no producir), Facebook (que hace pensar a las personas de sí mismos o de otro en base a los “me gusta”). 
         Otros dos pensadores, más precisamente Matt Ridley y Clifford Pickover, desarrollaron temas muy similares entre sí relacionados con la mente colectiva y el modo en que se llegó a los más importantes descubrimientos científicos. Para el primeo, la clave del logro es el trabajo colectivo. Él argumenta que trabajar en grupo, teniendo varias mentes determinadas a un solo fin, da mucho más resultado que una mente solitaria y encargada de todo. Por eso comienza a tener importancia lo que dice Pickover. El escritor científico manifiesta que los descubrimientos del mundo se realizaron no gracias a una gran mente, sino a un largo trabajo y estudio de varios científicos (trabajo colectivo). Su argumento se basa, por ejemplo, en el caso de la teoría de la evolución desarrollada por Darwin. La teoría de este señor se hizo famosa pero hubo otro científico, Alfred Wallace, que también desarrolló su misma teoría, prácticamente al mismo tiempo, pero en diferentes lugares. Es por esto que Pickover afirma que ya sea la teoría de la evolución u otro descubrimiento, fue consecuencia del trabajo de varios científicos que luego fuera retomado y finalizado por otros simultáneamente o con diferencias de tiempo mínimas. 
         En un desarrollo más direccionado a lo cognitivo, encontramos al escritor estadounidense que ha publicado libros y artículos sobre tecnología, negocios y cultura, Nicholas Carr y a un conocido escritor y empresario canadiense Don Tapscott. Carr presenta su artículo expresando que el cerebro humano almacena pero no siempre retiene, ya que solo retenemos entre 4 y 7 diferentes informaciones, y en ciertas veces se da la sobrecarga cognitiva y sucede lo que dice el dicho: “entra por un lado, sale por el otro”. Por esta razón es que él sostiene que es beneficioso en algunos casos cerrar la entrada de información y no estar inundado de temas sin saber profundamente de ellos ya que eso no es conocerlos realmente y luego se habla, desinformado. Respecto a Tapscott, se basa en la investigación de Carr para plantear que el cerebro es maleable, es por ello que cada persona lo puede moldear para lo que lo necesite, haciendo posible conocer sobre un determinado tema y no solo haberlo escuchado a grandes rasgos: …“escaneos cerebrales revelaron que si a una persona se le tapan los ojos durante una hora a lo largo de cinco días, la respuesta de su corteza visual aumenta increíblemente ante estímulos auditivos y táctiles.” Para cerrar su informe, el escritor expresa su duda: si al fin y al cabo en las escuelas se enseña gimnasia o educación física, ¿por qué no estimular la mente mediante gimnasia mental en las escuelas y no llenar de datos innecesarios a los chicos? . 
        Por último, queda el artículo de Samuel Barondes, que expresa la idea de que el ser humano tiene una versión dual de sí mismo. Por un lado, todo ser humano es el fruto de la unión de dos células, alimentado en un útero, etc. Sin embargo, cada uno de nosotros es único, afirma, y explica que si se toma en cuenta lo familiar, lo cultural, cada persona tiene una esencia que no se asemeja en lo más mínimo a lo estándar. Para Barondes “Aceptar estos dos aspectos de nuestra realidad personal puede enriquecer nuestra experiencia diaria. Nos permite disfrutar simultáneamente de la comodidad de ser ordinarios y de la emoción de ser únicos”.
        Termina siendo muy importante el papel de Edge.org de replantear todos los años esta idea de cómo mejorar nuestro futuro, y también vale destacar la colaboración de una enorme cantidad de científicos dispuestos a dedicar su tiempo en esto. Si tenemos presente los nueve diferentes artículos no cabe duda alguna que sobran maneras para poder encarar el futuro de un modo provechoso para cada persona que se lo proponga. Yendo a lo más importante, ¿podremos aprovechar estos estudios anuales o simplemente se realizan en vano? .